Ir al contenido principal

DOS PAYASOS ENTRAN A UNA CANTINA. Sobre filosofía, netología y adivinación.

Mientras oía el sketch que Carlos Loret de Mola y Brozo grabaron hace poquito en una cantina vacía y sucia, pretendido símbolo de la mexicanidad hibernante y como adormilada por un vacío espiritual muy parecido a una pequeña muerte —el estupor después de nuestro último regocijo nacional, del inmenso frenesí político del 2018, de la revancha y la factura del desaliento y todas esas cosas de las que uno habla cuando está borracho y confía demasiado en sí mismo—, se me ocurrió escribir de una buena vez[1] qué opino de Manuel Andrés López Obrador. Pero tal vez porque, precisamente, siempre he entendido mal los fines de la filosofía, de nuevo me hallé en esa calle de sentido único en la que desagua esta vocación desesperada, y en la que con toda la malicia del mundo he decidido instalar mi trinchera privada de pensamiento: la verdad es que no tengo nada que opinar sobre estas cuestiones porque yo no soy bueno para eso de escribir netas que tu compa el chairo va a expropiar mañana, y que algunos discretos admiradores tratarán de refutar en un ensayo sesudo redactado en el 245 de la Calle Berlín.

Pero, decidido a cumplir con mi meta de publicar por lo menos una entrada a la semana en este blog salvavidas[2], se me ocurrió después que al menos podía indagar sobre el futuro de estos males: sobre lo que se anuncia acerca de lo que no opino y lo que no he terminado de entender. Esta entrada tiene que ver con esa alternativa.

Ahí te va una autoneta, querido amigo: no tengo una opinión sobre el desempeño del actual presidente de México porque no ha llegado el momento de formármela. Recuerda que la filosofía, como el mochuelo de Minerva, emprende su vuelo al anochecer, cuando la cantina ha quedado vacía de borrachos, pero no de canciones ni de lamentos, y el último par de ebrios impertinentes por fin ha cantado la última estrofa de la canción más dolida (“Traigo en los bolsillos tanta soledad / Desde que te fuiste no me queda más / Que una columna gris en El Universal / y un triste sentimiento”), y cada uno se ha retirado a casa a contar el beneficio de la servidumbre. Si lo hace antes, si se toma demasiadas libertades de pensamiento en el paroxismo de la embriaguez, la filosofía se vuelve netología: mera chaqueta mental o esfuerzo egoísta por mostrarle al mundo que, en efecto, uno es listo y profundo desde que leyó a Maquiavelo. 

En todo caso, esto que lees aquí va a ser otra vana cruzada en la que de nuevo haré mío el predicado con el que el buen Derrida definió su ejercicio personal del oficio del pensamiento: lo único para lo que yo sirvo es para deshacer el mundo, y cada vez lo hago peor. Si se quiere, que se entienda que aquí solo pretendo demostrar una vez más que yo también puedo jugar ese juego, que lo hago muy bien porque lo hago muy mal y que también sé complicar sus consecuencias: el de predecir catástrofes y nombrarlas sin cuidado, como para conjurar sus peligros más plausibles. Nombrar para olvidar, nombrar para soltar…

Pero, a ver, antes de soltarme a hablar de nada, que se entienda ya que el punto no es instalarme en el solaz de la indiferencia y la tibieza política, ni justificar esta posición noctámbula, sino de algo más delicado (y si se quiere, más sustancial): de aceptar que uno se equivoca; de convenir en que la modestia (la virtud política más desatendida del sexenio) es un arma crítica poderosa; de reconocer que, desde el fondo de mi corazón amargo, muchas veces he hecho lo que hice para ganarme el derecho de estar encabronado por las consecuencias de mi mal tino. Si tú también has tomado esta noble actitud prospectiva, querido amigo (por ejemplo, en 2018), eres bienvenido. Si no, también, y adempas recuerda que la caja de comentarios está abierta para que me expliques qué más puede ver Loret de Mola a través de este mugrero que yo no.

DOS PAYASOS ENTRAN A UNA CANTINA Y PIDEN LA PALABRA.


No sé qué me llamó más la atención de ese video: 1) que el carismático y bien parecido Carlos Loret de Mola que solía ver en el 2 hace unos 15 años, cuando me quitaba las lagañas y me preparaba para irme a la primaria, no es muy diferente del borracho enjuto (salvo por lo enjuto) que se la pasó interrumpiendo a Brozo y doblando el codo para articular un discurso inexacto sobre unas cifras y un avión y una consulta y un juicio, y que nunca se definió como análisis político o guion cómico; 2) la limitación de los recursos argumentativos (¿o argumentales?) de los periodistas favoritos de la TTTT.

· López Obrador tiene pedos en el coco. 

· Morena es una carnicería (el candidato mejor portado se robó un chocolate de chiquito, y una de las candidatas, cuyo nombre nadie sabe escribir, es autófaga).

· La CNDH está ocupada, intervinieron una pinturas que a nadie le importaban y el artista sin visión se enojó porque arruinaron su divino trabajo.

· El modelo centinela maquilla las cifras y hay tres veces más contagiados de los que ha reportado el gobierno mexicano (y el alemán, el estadunidense, el francés, el peruano, el argentino, el...) 

· Un aspirante a la dirigencia de Morena quiere que Tabasco se apellide “de López Obrador” para no tener que dar detentes con la imagen del Peje.

· No se juntaron las firmas de un proceso en el que nadie (ni las plumas) creyó jamás, pero cuyo éxito desea el 90% de la nación. 

· Pobre de mí, pobre de ti, pobre de Héctor, pobre de Enrique, pobre de... [inserté aquí uno de los 648 nombres].

· El cielo no es verde.

    Ergo: el gobierno de López Obrador es un fracaso porque la rifa del avión fue un fracaso.

 

SUEÑO DE UNA NOCHE DE PARRANDA


1 INT. CUARTO VACÍO - NOCHE 

El PAYASO 1 corre una cortina para entrar a una habitación vacía. A la  una solitaria lámpara colgada del techo emite una luz tenue, como de interrogatorio de película policial, pero suficiente para iluminar la pared opuesta a la entrada. En dicha pared está impreso el logo de la 4T. Brozo parece notar que los personajes de este se mueven y le hablan. 

BENITO 

Hey, tú, ven… 

Payaso 1 se sorprende y lleva sus manos a su pecho, y hace una mueca al dibujo parlanchín para cerciorarse de que BENITO le habla a él. Mientras aquel se acerca a la pared,  la cámara hace un paneo a la fuente de ese imperativo y nos descubre a unos héroes (Benito Juárez, MIGUEL HIDALGO, JOSÉ MARÍA MORELOS, LÁZARO CÁRDENAS y FRANCISCO I. MADERO) ahora de carne y hueso.

PAYASO 1

Señores, ¿en qué les puedo servir? 

HIDALGO 

Payaso, ¡ayúdanos! ¡Nos tienen secuestrados! 

PAYASO 1

¿Secuestrados? 

MORELOS 

¡Esto es peor que el sitio de Cuautla! 

BENITO 

¡Ayúdanos! 

PAYASO 1

Bueno, (tartamudeando)yo… yo voy a hacer lo que pueda, pe… pero, Don Benito, dígame, al chile pelón, ¿me puede decir usté exactamente lo que piensa de la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público? 


2 INT. CANTINA – NOCHE

En primer plano, PAYASO 2 quiere convencer a Payaso 1 de que la rifa del avión que no tiene ni Obama es una recreación simbólica del teatro político de LÓPEZ OBRADOR. No deja de servir caballitos de tequila para él y para su compañero mientras expone su agudo silogismo. 

PAYASO 1

La rifa, mi querido colega de risas y barbaridades, los principios cívicos, las matemáticas, el abandono, el ridículo y la cuestión clínica están poniendo en marcha un artificio dramático de alcances metafísicos sumamente peligrosos, ya no solo para la vida pública del país, sino para la vida general. Fíjate…


Payaso 2 le da un trago al caballito antes de continuar, y carraspea un poco para aliviar el ardor de la garganta. 

PAYASO 2 

(Continua…) 

A través de una sutil pero intensa prestidigitación lógica, cuyo final desemboca en una apocalíptica inversión del orden narrativo del cosmos, la 4T es ahora una recreación dramática de la fallida puesta en escena de la rifa: en el teatro del absurdo presidencial se montó otro escenario, similar a su contraparte macroestructural, en el que se representa una obra tragicómica acerca de un tirano preocupado por desintegrar una herencia de corrupción en seis millones de cachitos. Es imposible no pensar  aquí en la segunda parte de Don Quijote, cuando el caballero de la triste figura entra a una imprenta de Barcelona y le muestran las pruebas del Quijote de Avellaneda, o en Hamlet y el escenario donde se representa una escena “que es más o menos la de Hamlet”; se trata del mismo movimiento teatral: una inversión del orden escénico.

El avión de Peña, mi querido Payaso 1, se ha convertido, para mala suerte del país, en un testimonio cruel y paradójico del fallo general del niño gritón y berrinchudo que lo rifó, desde su escenario dentro del escenario. Es que Volar(esto lo leí en otro libro, pero no recuerdo dónde), tiene una peculiaridad dramática sumamente efectiva para nuestro fines simbólicos: si un avión se descompone a mitad del vuelo y deja de funcionar por completo, no cae en picada; su estructura lo hace planear durante kilómetros antes de tocar el suelo, y su destino se vive como una proyección indolora: no se siente la caída, y solo el golpe avisa.


2 INT. CASA – NOCHE 

GERARDO se  ha tomado de jalón cinco palomas bien cargadas y ha comenzado a alucinar. De repente se sintió analista, y en un ataque súbito de inspiración se levanta de la mesa y camina hacia el escritorio dando tumbos. Lleva en la mano la sexta paloma de la noche. Enciende la computadora, abre el Word y escribe la primera frase: “Mientras oía la lúgubre melodía del alba arañando el insomnio…”. Para. Mira la computadora y suelta una sonora carcajada que rápidamente se transforma en un ataque de tos. Decide que ya ha escrito todo lo que la musa de la embriaguez ha tenido a bien dictarle, y se va a la cama a las 5 de la mañana. 

FUNDE A NEGRO.

MAGIAS PARCIALES DE LA AERONÁUTICA. 


¿El fracaso de la rifa del avión es el fracaso del proyecto de gobierno? ¿La sanción a Nexos y Letras Libres es el fracaso de la libertad de expresión? ¿El fracaso de Morena es el fracaso de la democracia, de la mexicanidad, del catolicismo y de la razón? 

No sé, yo ni siquiera estoy seguro de que no sé nada. Como aquél, yo también aventuro palabras inexactas aunque, a diferencia de él, yo lo hago para ganarme el derecho de callar mi cólera, mis decepciones y mis propios fracasos. Por ejemplo, yo a veces digo por decir, como quien comenta que hace mucho calor o que tiene hambre, que las cosas no son como se miran en una noche de borrachera, y que el vino nos hace y nos obliga a ver las cosas de otra manera aún al amanecer, durante la cruda: que el ridículo, el desengaño y la ingratitud están preludiando un mal matutino, un quinto empeorio de la vida pública del país; una resaca, un dolor de cabeza, un lavabo roto, un vómito, la última asfixia, el reflujo ideológico que desde 2016 conocemos muy bien y odiamos más que a nada en esta vida, querido amigo: un efecto rebote en 2022 (o a lo mejor en menos, en 2024). 

Yo digo, que hace hambre, y que la percepción beoda de que el modelo de gobierno de López Obrador (como el de Lula, como el de Obama...) ha socavado las últimas consolidaciones cívicas y económicas de este país en llamas tal vez le está jugando una mala pasada a la historia de este país al convencernos de que la única opción que nos quedará para desempeorar al país cuando se vaya mi abuelo será recurrir una vez más, pero con un afán sin precedentes, a nuestro tradicional péndulo ideológico —hace dos días fui realista, mañana defenderé la monarquía, ayer me confesé liberal y hoy no sé qué ponerme—. La borrachera de los dos payasos está germinando un amanecer odioso y repugnante, de sabores acres, jaquecas y vómitos imparables. Dame un segundo, voy al tocador...

... Pero sí, mi querido Payaso 2, tanto rodeo para poder decir lo que creo que puedo llegar a tener que obligarme a creer: que el peligro de un efecto Bolsonaro, efectuado por una percepción general del pésimo manejo de la crisis cívica y económica de nuestro gran gobierno de izquierda, alimentada (solapada, agudizada, alboradata) por la decepción del rockstar virólogo que profería advertencias con vocación profética, por la total fragmentación ideológica en la cabeza de Morena, por el ridículo del discurso fascista de MALO en la ONU… es real, porque el que predica, hace. El peligro de esta resaca, del epílogo de esta muerte pequeña de la que López Obrador no parece tener cuidado (o que tal vez lo tiene sin cuidado, porque después de mí el diluvio) es inevitable a nuestros ojos cegados por el alcohol y la retórica. 

Una sociedad desencantada con una izquierda inventada; una sociedad dispuesta a (o ávida de) mandar al diablo a las instituciones corruptas del centinela anticorrupción, al partido del pueblo vuelto un botín de guerra, al presidente de izquierda enemistado con el feminismo y con las causas indígenas, a ese despreciable proyecto ecocida que le sirve de premio de consolación a la élite económica que había soñado con el Edén del NAICM... Puede ser una sociedad que vote por un presidente contrario a la izquierda lopezobradorista, un personaje anti-establishment, un anti-amlo, uno que moche manos y que parta en cachitos la Selva Lacandona, un malencarado que prometa reactivar la tortura, las desapariciones forzadas, la ultramilitarización del país y el rebustecimiento de la guerra contra el narcotráfico para acabar con la violencia. Un cabrón que crea que para cabrón, cabrón y medio. Toco madera. 

EN EL ÚLTIMO TRAGO NOS VAMOS. 

Parece que lo único que ahora nos da aliento político, y una cierta paz moral, es una mezquina, pero sumamente efectiva falacia histórica: la frágil convicción de que nos estará yendo menos peor en la medida en la que Dios nos guarde a Lopitos. 

Salud. 

G. Alquicira Zariñán



[1] Porque se supone que a esta edad ya debo tener un criterio bien definido sobre estos asuntos que me ayude a perder amigos, porque estudiar filosofía les hace creer a todos que uno es listo y profundo, porque Gramsci odia a los indiferentes...

[2] Estimado reclutador: espero que estas líneas no le hagan creer que no tomo en serio la escritura; en todo caso, debe quedar patente que tengo una gran habilidad para adecuar la forma al contenido: un desastre discursivo para otro desastre.


A. V. Casasola, Consumidores en un expendio de pulque.






Entradas populares de este blog

¡AQUÍ NO HAY NADA!

"¡Aquí no hay nada!". Ese era el mensaje que aparecía en este blog cuando lo abrí. Aquí no había nada más que un nombre y una descripción que no describe nada y que complica aún más el (re)conocimiento de estos impulsos vanos. Mi reconocimiento. Aquí no hay nada, solo una advertencia recursiva: aquí hay la nada, un punto vacío, una promesa, la promesa de la nada, la promesa de que no se va a prometer nada, la otra cara del ser (el trabajo, la vida, la memoria). Aquí hay un letrero que dice que no hay nada, aquí lo único que hay es el testimonio de una empresa diferida, prolongada hasta el cansancio, hasta mi propio límite; deformada para definirse en su deriva de imperfección y ruina. Aquí no hay nada, porque hasta ese "¡Aquí no hay nada!" se niega a sí mismo. Aquí no hay nada, aquí no ha habido nada, eso que aquí dice "Aquí" no es nada, y lo dice sin miedo, y lo reafirma con orgullo, y lo niega valiente, y lo grita con locura mientras niega hasta el espac

PATÁFORA DE QUIEN CORRE TRAS UNA GORRA (versión del autor)

Este ensayo tiene su origen en un ejercicio creativo que nos impusimos en LVI . El proyecto se llamaba "Esto no es una cosa"; el objetivo era que cada participante describiera el objeto con el que los demás lo asociaban más, pero en la medida literaria justa para hacerlo trascender su coseidad (obviamente, la dirección menos escarpada para lograr esta misión era disfrazar ese objeto de amuleto). La versión final de mi propuesta está cercenada; esta tiene menos tajos editoriales, pero su verdadero atributo es que, a diferencia de aquella, no se trata, ella misma, de un amuleto. Patáfora de quien corre tras una gorra La ‘patafísica es la ciencia que estudia las leyes que rigen las excepciones. Aquí nos servirá para estudiar la excepcionalidad de las prendas para cubrir la cabeza. Por Gerardo Alquicira Zariñán *** Desperdicios sembrados al azar, el más hermoso orden del mundo. Heráclito. Las designaciones colectivas son consensos arbitrarios. Asigno nombres universales a un núme

ENSAYO SOBRE LA EMPATÍA

Este ensayo tiene su origen en un artículo que escribí en mis primeros días como copirruaider con hambre frilans. Aparentemente, la historia contemporánea de la seguridad vial no le enseña a los automovilistas cómo no romperse su madre (el noble objetivo del blog que me lo rechazó), y por eso el artículo nunca vio la luz (y no me lo pagaron). Lo rescato en este espacio para insistir en una tesis: la empatía es el punto de partida de todo sistema vial vigente, pues los más grandes expertos en seguridad vial coinciden en la idea de que, para evitar darse en la madre, hay que pensar primero en los demás (obviamente). ********** La congestión vial no es un mal exclusivo de la  vieja normalidad . El tráfico, los accidentes viales y los embotellamientos conforman un solo y constante padecimiento que ha aquejado a casi todas las grandes ciudades desde el descubrimiento (¿o la invención?) de la rueda. Sin embargo, hasta hace un siglo y medio se llevaron a cabo muy pocos esfuerzos por buscarles